“María y Dionisio, Mónica y Alfonso. Una familia de cuatro miembros como tantas otras familias en España. Los primeros los progenitores y los segundos los hijos. María se levanta con el sueño en los ojos. Se asea , empieza el día que nunca acaba. Prepara el pañal para Mónica, la cambia y asea. Toma la temperatura a Alfonso, no sea que tenga fiebre. Prepara el desayuno, la papilla para Mónica, pone la lavadora, coge a Mónica en sus brazos y la acomoda en su silla, le da de comer con paciencia infinita, la asea de nuevo , la lleva a la sala, pone los dibujos, recoge la cocina, hace las camas, plancha, limpia los cuartos de baño, quita el polvo de los muebles, cambia de postura a Mónica, la besa, le habla, le recuerda a Alfonso sus pastillas. María otra vez en la cocina preparando el almuerzo, otra vez en la sala. Mónica tose, le limpia las flemas, la cambia, le habla. María tendiendo la ropa, haciendo cuentas en su cabeza. María dándole un masaje a Mónica, María en el salón, María en la sala, en los dormitorios, en el baño, en el lavadero. María cansada. Hay sillas en su casa pero no son para María. María con la escoba, con la fregona, con los cacharros , con las medicinas, con los pañales. María que aguanta el dolor de su hombro. Otra vez en la cocina, otra vez con la papilla, que le da de comer muy despacito a Mónica, que la limpia, que la cambia, que la ama , otro cambio de postura. Dionisio y Alfonso que ya no están sentados a la mesa. Su plato frío, el reloj que le dice que ya son las tres y media. Comer rápido, limpiar rápido, oye tos, limpiar las flemas, cambiar pañales, otra vez recoger la cocina, mover a Mónica, hablarle, tocarla, acariciarla, preparar el baño para Mónica, bañarla, secarla, ponerle la ropa, echarle colonia, besarla, charlar con Alfonso, animar a Dionisio, aguantar el dolor del hombro, limpiar el baño.
María en la sala, María otra vez en la cocina haciendo la merienda, preparando la papilla, regañando cariñosamente a Alfonso, preocupándose por él, María cambiando la postura a Mónica, regando las macetas, María cosiendo, María sin tiempo para sentarse, María preparando a Mónica para su paseo, María aprovechando que han salido un momento para limpiar la sala, Maria haciendo la compra , preparando la cena, abriendo la puerta, besando a Mónica, cambiándola de postura, masajeando su cuerpecito, empapándose de la sonrisa de sus hijos. María emocionada. Otra vez la papilla, otra vez el plato frío en la mesa para María. María aseando a Mónica, lavándole los dientes, cambiándole el pañal, poniéndole el pijama, arropándola, María hablando, riendo, preocupándose, amando , llorando. María y su hombro dolorido que ya no aguanta más. María dándole la medicina a Mónica y Alfonso, María vigilante, y arreglando otra vez la cocina, poniendo otra lavadora. María cansada, María que piensa si la vida se equivocó al repartir las tareas. María con Dionisio. María que no se acuesta, María que se acuesta , que se levanta para cambiar de postura a Mónica, que contempla preocupada a Alfonso. El reloj que marca las tres de la madrugada. María en la cama, María que no duerme. María,…”
María en la sala, María otra vez en la cocina haciendo la merienda, preparando la papilla, regañando cariñosamente a Alfonso, preocupándose por él, María cambiando la postura a Mónica, regando las macetas, María cosiendo, María sin tiempo para sentarse, María preparando a Mónica para su paseo, María aprovechando que han salido un momento para limpiar la sala, Maria haciendo la compra , preparando la cena, abriendo la puerta, besando a Mónica, cambiándola de postura, masajeando su cuerpecito, empapándose de la sonrisa de sus hijos. María emocionada. Otra vez la papilla, otra vez el plato frío en la mesa para María. María aseando a Mónica, lavándole los dientes, cambiándole el pañal, poniéndole el pijama, arropándola, María hablando, riendo, preocupándose, amando , llorando. María y su hombro dolorido que ya no aguanta más. María dándole la medicina a Mónica y Alfonso, María vigilante, y arreglando otra vez la cocina, poniendo otra lavadora. María cansada, María que piensa si la vida se equivocó al repartir las tareas. María con Dionisio. María que no se acuesta, María que se acuesta , que se levanta para cambiar de postura a Mónica, que contempla preocupada a Alfonso. El reloj que marca las tres de la madrugada. María en la cama, María que no duerme. María,…”
Mónica tiene 26 años y desde su nacimiento tiene microcefalia y artrogriposis (86% de discapacidad), por lo que recibe 350 € de la Ley de Dependencia.. Alfonso tiene 20 años y desde los 10 enlaza tumor tras tumor, no tiene ninguna ayuda. Dionisio está en el paro, cobra 800 € de subsidio. María y Dionisio llevan 26 años sin vacaciones. María es feliz con sus hijos pero la entristece no poder comprarle ni un regalo de 10 € a Mónica para su cumpleaños, no poder llevarla al fisioterapeuta, no poder cubrir sus necesidades. María nunca se queja.La Ley de la Dependencia en España, demasiadas promesas para una realidad tan dura.
Fuente: El Mundo.Cuenta corriente de Mónica: Mónica García Gil Díaz/CajaMadrid/20382856343000273683]
Cuenta corriente de María: María Díaz Cañadas/CajaMadrid/20382411733000486447]