"No sé Corazón si felicitarte por ser tu día, o darte mi más sentido pésame por el maltrato al que te sometemos diariamente. Estamos tan acostumbrados a exigir derechos, que olvidamos la gran suerte con la que somos agraciados al tocarnos al nacer un corazón sano y fuerte.
Ya desde el principio de nuestra convivencia te vemos como una propiedad privada, y como tal te tratamos, somos desconsiderados contigo y te mandamos callar te guste o no el trato a que te sometemos, no te escuchamos cuando protestas, no tenemos en cuenta tus necesidades, te explotamos laboralmente las veinticuatro horas del día los siete días de la semana, sin descanso ni gratificación , hasta las comidas las tienes que hacer mientras trabajas con el agravante de obligarte a ingerir alimentos que no te gustan y merman tus facultades. Para ti no existe el ocio tienes que aguantar sin rechistar nuestro mal humor y tiranía, nuestra prisa diaria, nuestro rencor, agobio y frustración, te obligamos a vivir rodeado de insatisfacción y parece que nos encanta darte guantazos con nuestro estrés personal. Procuramos que el ambiente laboral sea el más opresor e insano posible, sometiéndote a toda clase de vejaciones y obligándote a drogarte con todos los malos hábitos disponibles en nuestro mundo.
Eres nuestro vasallo y nosotros tus soberanos, nos debes obediencia ciega, tu obligación es funcionar con el mismo rendimiento que el primer día. Cuando empiezas a fallar pensamos que hemos tenido mala suerte y que nos ha tocado un siervo débil y flojo. Hay quién en ese momento de su vida te presta atención y comienzan a apreciarte reconociendo los abusos continuos a los que te ha sometido. Otros sin embargo te aprietan más las tuercas para que aprendas quien manda, hasta que un día no puedes más y dejas de funcionar, entonces se van contigo sin vislumbrar siquiera que tú eras el motor de sus vidas.
Qué tiranía la del ser humano con su salud , un derecho fundamental del que olvidamos lo más fundamental, “que la salud es un bien, y su cuidado sí es un derecho y un deber de todos”.
Por eso quiero dar las gracias a todos los corazones, a los pequeños y a los grandes, a los generosos, y a los rencorosos, a los que aman tanto , y a los que tanto odian, a los débiles y a los fuertes, a los que necesitan más mimos y cuidados que los normales, a los idealistas, a los corazones sinceros y a los mentirosos, a los que son leales, a los incansables, a los altruistas, a los que llegan a todas partes, a los corazones artistas, a los corazones obreros, capitalistas, científicos, curiosos, traviesos, felices, positivos,…, a todos los corazones,… GRACIAS CORAZÓN.
PD. Especialmente quiero agradecer el trabajo y dedicación de los que han dejado de latir , su música siempre acompaña el bombear de nuestros corazones."
Día Mundial del Corazón, 26 de Septiembre del 2010.