jueves, 7 de octubre de 2010

Más vale tarde que nunca.

Qué voy a decir yo de Mario Vargas Llosa que no se haya dicho y que no se vaya a decir. Puede que guste más o menos como persona, yo me quedo con lo que decía otro inmortal Mario, este de apellido Benedetti:` A Vargas Llosa hay que leerlo, no hay que oirlo ´.
¡Enhorabuena Don Mario! Enhorabuena también a las letras hispanas en sequía desde 1990, año en que el mexicano Octavio Paz recibió el premio Nóbel de Literatura, justo un año después que lo obtuviera el español Camilo José Cela. Once, son ya, los premiados en lengua castellana, doce si no se hubiese cometido el atropello a Jorge Luís Borges.
Aquí dejo, en propias palabras del autor la relevancia que la literatura ha tenido en su vida y en la sociedad. La literatura, también, se ha visto engrandecida de tener entre sus filas a un escritor como Mario Vargas Llosa.

”Aprendí a leer a los cinco años y es la cosa más importante que me ha pasado en la vida. Recuerdo cómo se enriqueció el mundo, la vida, gracias a esa operación mágica que es aprender a descifrar esas palabritas y entrar a vivir en un mundo mil veces más rico, más diverso, más aventurero, más inesperado, pero también más coherente y más comprensible que el mundo real. Para mí la lectura fue algo verdaderamente milagroso y gocé tanto sumergiéndome en esa operación que me permitía viajar en el tiempo, en el espacio y tener unos destinos tan deslumbrantes”.

”Siempre he creído que la literatura es muy importante, y no sólo por el placer que nos depara un gran libro, que desde luego es enorme. Creo que es algo más. Hago un examen de conciencia y me pregunto cómo hubiera sido mi vida si no hubiera leído a Flaubert, a Faulkner, a Joyce, si no hubiera leído a todos esos escritores que me han enriquecido tan extraordinariamente la vida. Pues mi vida hubiera sido infinitamente más mediocre, más triste, mucho más limitada en perspectivas, mis deseos hubieran sido mucho más pobres seguramente. La literatura despertó en mí unos apetitos que probablemente hubieran quedado estragados sin la ayuda de los grandes creadores. Creo que ese espíritu crítico que tengo respecto a mi entorno, respecto a mi tiempo, es algo que nace como consecuencia de las muchas ideas que la literatura me dio. Entonces, yo sí creo que la literatura es un alimento fundamental para que nosotros vivamos mejor, para que nuestras sociedades funcionen mejor. Creo que la literatura no es, como han llegado a creer en nuestro tiempo muchos escritores, un simple divertimento, de altísima calidad, pero un divertimento. No, yo creo que hay algo esencial en el progreso humano que deriva de esa necesidad que hemos tenido, desde el principio de los tiempos, de inventar historias, de inventar una realidad paralela a la realidad en la que vivimos, de refugiarnos en esa realidad, porque esa realidad en la que estamos inmersos no nos da todo lo que quisiéramos, no es capaz de aplacar todos nuestros apetitos, deseos, ambiciones. Y creo que de eso ha provenido en buena parte el desenvolvimiento humano. Si hubiéramos desde el principio tenido una sociedad sin historias, sin literatura, tal vez no hubiéramos salido nunca de la caverna".